Cabo de Vaca
La segunda época del Club Deportivo Caspe la distinguimos por la disputa de los partidos en el segundo campo que tuvo la población. Es una etapa que debemos dividir en dos partes separadas por la guerra civil española. La primera formada por los dos años anteriores al 36 y la segunda, por los nueve siguientes al 39.
Antes de 1.934 las sucesivas Juntas Directivas que se habían sucedido buscaban otros terrenos más cercanos a la población que sustituyeran a los de torreramona y no se consiguió hasta finales de 1.934 cuando unas nuevas siglas ponen la cara a la emergente corriente futbolística que agitaba a los aficionados caspolinos.
El nuevo campo de fútbol se asienta en la zona denominada de Cabo de Vaca,al noreste de la población en unos terrenos propiedad del magistrado de la audiencia don Rafael Miravete, en la margen derecha del río Guadalope y cercanos al puente del ferrocarril.
De los partidos de estudiantes sale un equipo presidido por el maestro don Salvador Jiménez San Agustín. Muda el color de la camiseta a rojo y aunque sigue el pantalón negro, deben adecuarse las medias a la nueva imagen.
El Caspe Sport Club inauguró el nuevo campo el 23 de diciembre de 1.934 a las tres de la tarde enfrentándose al Calanda. Ganaron los turolenses por tres goles a dos a un equipo formado por: Tremps, Peralta, Tobeñas I, Miguel, Bielsa, Guiu, Ráfales, Tobeñas II, Callao, Lasheras y Pallarés.
En los meses siguientes se juegan algunos partidos amistosos hasta que la contienda civil hace variar el rumbo de las vidas de las personas que coexisten en ese tiempo.
Tras la guerra civil española, en la temporada 39/40 un equipo con el nombre de Educación y Descanso juega algunos partidos mientras van gestándose dos equipos de jóvenes, Ebro y Errante, que coparán las ansias futbolísticas de los aficionados caspolinos.
En el año 1.945 con objeto de la llegada a Caspe del 63 Regimiento de Infantería encuadrado en la 51 División se forman equipos de militares que apagan el gusanillo futbolero en el campo de cabo de vaca y juegan frente a un equipo de Caspe convenientemente reforzado.
También en este año se forma un equipo de chavales que se confunde en sus inicios con la Acción Católica pero que poco a poco toma cuerpo propio en torno a una idea común: El Olímpico.
En los años siguientes el Olímpico reforzado con algunos veteranos sale de las fronteras locales para disputar encuentros amistosos en la comarca, cuando vuelven pasean por las calles de la población el grito de: ¡Queremos campo! ¡Queremos campo!. Petición que fragua en el año 1948 con la refundación del Club Deportivo Caspe y una nueva sede para reeditar triunfos y fracasos.