Buen partido de fútbol el disputado en Los Rosales en la tarde del domingo entre el Caspe y el Robres. Solo se echaron en falta los goles porque ritmo y ocasiones no faltaron. Estuvo más cerca del triunfo el cuadro caspolino, pero los monegrinos resistieron y sumaron un nuevo punto. El Caspe comenzó el encuentro llevando la iniciativa y el Robres replegado en su campo esperando su momento para generar peligro en ataque. Los de Manu Tena querían aprovechar la velocidad de sus puntas para buscar los contragolpes.
En los primeros 30 minutos prácticamente no hubo ocasiones para ninguno de los dos equipos. El balón corría por el centro del campo pero la profundidad ofensiva brillaba por su ausencia en estos compases del duelo. En el cuarto de hora final de la primera parte, el Caspe disfrutó de las dos ocasiones más claras de este periodo. Un tiro de Bagán acabó con el balón repelido por el palo y una vaselina de Burillo terminó con la pelota por encima rozando el larguero.
El Robres mantuvo el mismo estilo de juego y hasta el descanso no tuvo ninguna ocasión reseñable.
El comienzo de la segunda parte no sirvió para cambiar en exceso el decorado del partido. La forma de jugar de los caspolinos y de los monegrinos siguió por los mismos derroteros. La posesión la tenía el equipo de Carlos Burillo frente a un rival muy replegado, que intentaba no cometer errores defensivos y aprovechar el espacio a la espalda de la línea defensiva del rival. El Robres generó la acción más ofensiva a su favor sobre el minuto 65. Una indecisión en la defensa caspolina provocó que Mahdi se quedase en un uno para uno con Javi Ruiz y el portero local le ganó la partida.
Introdujo cambios Burillo consciente de que la victoria estaba a su alcance y su equipo lo agradeció. El Caspe intensificó su dominio, logró penetrar más por las bandas y generó un juego mucho más vertical y ofensivo en los últimos instantes del encuentro. Pudo desnivelar la balanza en esta fase decisiva la escuadra de Burillo, aunque no tuvo suerte. Repollés, Luis Castilla y Dani Castilla, en una falta botada en la frontal del área que obligó a Ribas a realizar una gran intervención, estuvieron cerca del gol.
Se finiquitó el choque con un empate sin goles que no saca al Caspe de la zona de descenso pero le mantiene muy cerca de ella y con la sensación de que va a más con el paso de la competición. El Robres, por su parte, demostró un día más que es un equipo muy difícil de batir. Su disciplina táctica en labores defensivas y su intensidad le sirven a estas alturas para ser uno de los cuatro mejores conjuntos de la liga.