Nadie alivió sus penas en la Platera. A Cariñena y Caspe les tocará seguir trabajando duro para cumplir con el objetivo de salvar la categoría.
Los dos sabían lo mucho que había en juego en la tarde de ayer, lo que hizo que el respeto y el miedo a perder estuviera muy presente.
El debut de Humberto Arto en el banquillo del Cariñena, se saldó con un nuevo empate en casa, el décimo de la temporada para un equipo al que le está costando una enormidad sumar de tres en sus choques como locales.
Mucho equilibrio y escasas ocasiones, con las defensas ganando la batalla sin discusión alguna. El fuerte viento reinante en la zona, se encargó de complicar todo mucho más, por lo que el juego no pudo ser brillante ni de calidad.
Entre las pocas opciones de anotar, hay que decir que los largueros también jugaron su papel para que el 0-0 fuese el tanteador definitivo. Los dos estrellaron una pelota contra él, por mediación de Palacios por los rojillos y Merino por los caspolinos.
El zurdo Miguel Belanche también buscó desatascar el resultado inicial, pero su lanzamiento se fue sin ver meta.
Los minutos corrían demasiado rápido y ninguno de los dos parecía que desharía la paridad.
Todavía quedaron energías para el tramo final, ver dos ocasiones más, con el protagonismo de Bugui y Escuín, pero con el mismo resultado que las anteriores.
Pequeño tesoro para los dos, que suman, pero menos de lo que ellos querían.