Fiesta gualdiverde en los Rosales de Caspe. La Almunia no tuvo que depender de nadie más que de sí mismo, y con un gol de Owen, le permite seguir en Tercera División un año más. Temporada sufrida para los de Luis Leal, aunque con final insuperablemente feliz.
Salió muy presionante el cuadro de Carlos Burillo, que sin ninguna presión, intentó dar un disgusto inicial. La Almunia, algo presionada por la situación, sentía lo que se suele denominar como miedo escénico y vio como hasta en tres ocasiones los caspolinos pudieron ponerse por delante. Barriendos remataba escorado, Burillo no acertaba en una vaselina que saldría fuera y Leiva remataba mal con todo a su favor.
En su primera aproximación al área de casa, Owen centraba, el balón se envenenaba por el aire, y ante la sorpresa general, finalizaba en las mallas de la meta de Javi Ruiz.
El gol fue la vitamina necesaria que necesitaba La Almunia para asentarse, al mismo tiempo que se diluía el empuje inicial del Caspe. Villuendas y Owen pudieron estirar la diferencia, pero uno se encontró con una buena actuación del portero local y el segundo tiraba desviado. La segunda mitad resultó más equilibrada. Tuvieron más posesión los de Carlo Burillo, pero las ideas no estuvieron tan claras como hubiesen deseado. Alguna opción a balón parado bien salvada por David.
Bien posicionados, a los de Luis Leal solo les quedó escuchar el pitido final para dar rienda suelta a su alegría.