Fue una sorpresa primero, cuando nos invitaron, nos nombraron la posibilidad de interpretar el himno por este noventa y cinco aniversario y la auténtica sorpresa fue después, al ir al archivo y encontrarnos que había un arreglo hecho por el propio autor con un programa informático. De manera que la lectura era perfecta e idónea y fue tan sencillo como repartirlo y ponerlo en el atril.
Es un himno relativamente sencillo. Sencillo de tocar pero a la hora de escucharlo, la verdad es que, es bonito. En seguida nos pusimos a ensayar y en un par de vueltas ya empezó a sonar.
Nos faltaba la letra y ahí estamos también, a ver si conseguimos que alguien lo pueda cantar y dignificarlo un poco más, creo yo.
Esperamos poder interpretarlo pronto, eso es lo que nos falta decidir y ponerlo en marcha, a ver cuando lo podemos tocar.