Lamentablemente para el deporte andorrano, su equipo de fútbol no pasa en estos días por uno de sus mejores momentos. Todo lo contrario. A las informaciones que acreditan sus problemas económicos se suma el declive deportivo que viene sufriendo en los últimos años, a pesar de que hace solo siete temporadas jugaba en segunda B y ya en Tercera, ha sido dos veces segundo clasificado.
En la presente campaña liguera ha variado la ruta, quizás al no conseguir sus metas la pasada, nutriéndose de nuevos jugadores que, con un proyecto base a tres o cuatro años, devuelva al equipo a reconquistar la categoría nacional. Idéntico propósito se ha seguido en la parte técnica confiando la plantilla a un hombre de la casa.
Pero en este primer mes y medio de competición el viento le llega de cara. Tras la victoria en el primer partido de liga y el empate en el segundo, las cuatro siguientes jornadas han sido negativas y el equipo se ha metido en zona de descenso. El Andorra es décimo sexto clasificado con cuatro puntos y el segundo más goleado del grupo Dos de Preferente.
A este equipo ha de enfrentarse el Club Deportivo Caspe el domingo, a partir de las cinco de la tarde, con una asignatura pendiente puesto que no le gana desde hace cincuenta y dos años.
La última victoria que los caspolinos lograron en casa en liga se remonta a la temporada 67/68 en un Caspe uno – Calvo Sotelo cero, gol de Diego II. Desde entonces, ocho partidos más, con seis derrotas y dos empates. El último la temporada pasada, a tres tantos, con dos goles de Puyo para el Caspe y uno, el cero a uno, de Jesús Fernández para los andorranos.