Todo ello trajo consigo ciertas renuncias y un momentáneo descanso en la práctica deportiva de competición. Por supuesto que siguieron los más jóvenes jugando al fútbol y fruto de ello fue un tímido resurgimiento en el año 1934 con una nueva denominación.
Estos cambios también trajeron otros aposentos y de hecho, un nuevo terreno de juego en el que participar de su práctica. A partir de entonces, la partida de Cabo de Vaca acogió a los aficionados futboleros.
Pero, pasen y lean…
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