Yo era un jugador de fuerza tipo todo terreno.
¿Goles?, me acuerdo que metí uno que debió ser que rebotó en el larguero y me pegó en la cabeza, en Caspe, precisamente.
En mi puerta sí me acuerdo que metí dos o tres goles, en mi etapa de jugador. Esos goles que se meten los defensas.
He disfrutado mucho con el Caspe, mucho, porque era mi pasión. Y no simplemente el Caspe, si no jugar. Necesitaba jugar porque me divertía muchos jugando.
Éramos un equipo de amigos, todos, cuando llegamos a jugar ocho, nueve o diez de Caspe.
Ibas al partido y poníamos cada uno el máximo y una vez había acabado el partido éramos una cuadrilla de amigos y, muy bien.