El partido de promoción me dijeron: "Diego, puedes echarnos una mano" Yo no jugaba y ya me explicarás. Tampoco iba a resolver nada.
También llamaron a Monclús. Monclús no jugaba pero también lo llamaron para ese partido.
Nos enteramos que estábamos convocados en la carretera de Bujaraloz, en el Español.
En aquellos tiempos no habíamos estado nunca concentrados, pero de concentrados nada, eran las cinco de la mañana y todavía estábamos en las habitaciones.
En Zaragoza jugaría unos diez minutos, los finales. Estaba en el banquillo, que no había estado nunca y estaba nervioso.
Son partidos que te juegas la permanencia. Jugábamos para no descender.