Ver como día tras día, ejercicios que al principio costaban más hoy salen mucho más fluidos es algo para sentirse muy orgulloso.
Han venido cuatro o cinco chavales del fútbol sala que, estamos intentando, concienciarles de conceptos que son diferentes de un deporte a otro y, poco a poco, creo que lo vamos a conseguir.
El noventa por ciento de los chavales han venido a todos los entrenamientos y eso es de agradecer puesto que al no competir, parece que requiere más sacrificio. En ese sentido están respondiendo bastante bien y estoy muy contento.
Solo nos queda esperar, trabajar y si algún día nos dejan jugar aprovechar el tiempo que podamos competir porque, al final, es lo que a todos nos gusta.