Hay que darle una vuelta a los entrenamientos porque, realmente, estar todos los días sin un objetivo final que siempre, al fin y al cabo, es competir, pues hay que darle la vuelta.
En algunos entrenamientos hay que bajar el pistón y hacerles cosas más divertidas y, sobre todo, que los chicos, hay días que se les nota, que no pierdan las ganas porque ya veremos si se puede jugar o no.
Tenemos la suerte, para mi, de que nos dejan entrenar.
La verdad es que casi siempre estamos el cien por cien de los chicos.
Siempre falta alguno, como es normal en estas edades, pero en eso estoy contento porque pensaba que se podían venir un poco más abajo y sin embargo, dentro de que hay días que se desconcentran más, lo intentan hacer lo mejor que pueden.