Sobre todo, cuando es algo que no está preparado, porque todo ha sido ir, decirles el texto, plano a plano, grabándolo. Pues sorprendentemente hicieron un trabajo espectacular. Obedecieron todas las órdenes, todas las indicaciones. Estaban, incluso, motivadísimos para hacer la peliculita. Y muy bien, la verdad que sí.
La historia lo que intenta explicar es esa tradición, pero desde el punto de vista de una persona que ha jugado al fútbol y se lo traslada a sus nietos. Y ya no solo eso, sino que es una abuela y dos nietas y un nieto.
Un caso que es más llamativo y que hay que poner en valor, sobre todo, ahora que el fútbol femenino comienza a estar en auge, darle esa importancia y esa visión de futuro de quién sabe lo que pueda pasar.
Todos de la mano, yendo a los Rosales a seguir la tradición familiar de apoyar al Club Deportivo Caspe.