El Club seguiría acumulando minutos y en la década de los sesenta llegaría el primer gran ciclo con ocho temporadas consecutivas en Tercera División. En estos años la mejor posición clasificatoria se obtendría en la temporada 63/64 con un séptimo puesto.
A partir de entonces, los aficionados necesitaron atesorar una gran dosis de paciencia puesto que no sería hasta la temporada 86/87 cuando el equipo volviera al punto perdido. Sería en ese momento cuando el club caspolino viviría su segundo gran ciclo en la categoría que superaría y mejoraría al anterior.
Son diez campañas, de la 86/87 a la 95/96, en las que el CD.Caspe se asienta junto a los mejores equipos de Aragón y cuando logra su mejor puesto al término de la competición liguera, llegando a la tercera plaza en la 89/90.
Los siguientes años están salpicados de ascensos y descensos que muestran una sinuosa línea, un rumbo que las diferentes plantillas no logran estabilizar. Esa tendencia se ha roto en el último bienio, con la consecución de una tercera temporada para el próximo curso y el propósito de procurar una ubicación más duradera.