Espero que los pequeños tengan un buen recuerdo de este año como lo tengo yo de ellos.
Dentro de unos años me gustaría que los chicos tuvieran un recuerdo de mi, de un entrenador, que les intentó enseñar a jugar, a competir y sobre todo, a divertirse jugando al fútbol.
Ahora toca el campus y luego a descansar y recargar pilas para la temporada que viene.
Que los chicos se sepan posicionar en el campo. Que sepan pasar el balón. No solo coger el balón, agachar la cabeza y regatear.
A pesar de que son niños de siete años hay que empezar de pequeños a enseñarlos a competir dentro de los valores del deporte.
Creo que el hecho de que los chicos vengan contentos a entrenar es significativo de que les gusta el fútbol y que se han implicado durante todo el año en intentar mejorar y, sobre todo, los sábados pasárselo bien jugando al fútbol.