El Caspe lleva haciendo las cosas bien durante dos años.
Tampoco me escondo, también vengo por el entrenador. Estoy súper a gusto con él. Nos vemos con toda la confianza del mundo y sé que va a hacer cosas grandes aquí.
Luego, compañeros que estaban conmigo en Illueca me han echado un puntico más para venirme aquí.
Y luego también, soy de Alcañiz y dada la cercanía que tengo con Caspe, lo tengo en casa.
Soy sobre todo trabajador. No soy el mejor, pero luchador, no doy un balón por perdido nunca. Si hace falta pegarme contra un muro de piedra me pego.
Tengo buen rollo en el campo y entrenando pero, sobre todo, trabajador y el día a día.
Desde que salí de juvenil de División de Honor del Casablanca he jugado casi todo, digamos, pero también porque he intentado ganármelo porque entrenando lo doy todo y creo que aquí es donde, es el sitio idóneo para seguir aprendiendo.