Quizás, ese celo que otorga la veteranía le juegue malas pasadas y pueda llevarle a cometer algunas decisiones disonantes con la lógica, y bien se debería guardar de ello.
Con el Club Deportivo Caspe solo ha coincidido en dos partidos y ambos en la temporada pasada. En los Rosales, en el Caspe dos – Monzón dos y fuera del campo caspolino, en el Utrillas cero – Caspe dos.
Este año ha dirigido dos choques y en ambos casos la victoria sonrió al conjunto visitante, Borja cero – Ebro uno y Épila cero – Calamocha uno.
Su promedio de tarjetas amarillas es ligeramente superior a la cinco por partido, cifra que le coloca en la zona media baja de los treinta colegiados que pitan en la presente temporada, en la categoría nacional organizada por la Federación aragonesa.