Decidí ir a Caspe porque tenía amigos conocidos, me hablaron del proyecto y no tuve ninguna duda en ningún momento. Por las dos partes fue muy fácil entendernos.
Como jugador soy un jugador de ataque, con calidad, e intentaré aportar lo máximo que pueda al equipo.
Para el poco tiempo que llevo, que llevo una semana, los minutos que jugué me sentí bien, aunque tengo que decir que el debut fue un poco agridulce. Sé cómo son los chavales y, la verdad, es que nos dolió.
Me tengo que adaptar todavía a algunos compañeros y la forma de jugar, pero, más o menos, sé lo que quiere el míster de mi, lo que tengo que dar al equipo, y pienso que me adaptaré muy fácil y muy pronto al equipo.
Conozco a unos cuantos compañeros y a los demás los conozco por haber jugador contra ellos y me lo están haciendo muy fácil.