A partir de la siguiente temporada (62/63) vestiría ininterrumpidamente la camiseta del CD.Caspe durante diez cursos, seis de ellos en aquella cotizada Tercera División, formando en una de las épocas de mayor carácter localista.
El ínclito Félix García «Agustín» diría de él en la revista de la temporada 70/71: «Jugador regular. Forma en ambos laterales de la defensa. Se lanza con frecuencia por su banda en apoyo del ataque».
En la temporada 71/72 colgaría las botas a nivel competitivo pero no dejaría el fútbol de lado puesto que en los años siguientes formaría parte del equipo de veteranos del CD.Caspe.
Manuel Ráfales recordaba como los jugadores, en aquellos años, asumieron un sistema de autogestión por puntos para salvar al equipo de la desaparición.
Entonces, te ofrecían alguna perra y si no había no cobrabas ni un duro.
Jugabas porque te gustaba, porque por los dineros que te daban no hubieras dado ni un paso ni medio.
Mariano Gómez fue el que se encargó de organizar aquello.
Hacíamos como un tipo de cooperativa y cada partido nos ponían puntos.
No cobramos ninguna perra durante toda la temporada y el dinero se guardaba.
Si había tres perragordas, al final de temporada se dividía por los puntos que habías jugado.
Si un punto valía cinco pesetas, el que tenía veinte cobraba cien.
Entonces fue cuando empezamos a jugar todos de aquí. Fue cuando se empezó a funcionar bien y se hizo un equipo muy bueno.
Aquel equipo nos duró, por lo menos, cinco o seis temporadas y funcionando muy bien.