Las ocho derrotas consecutivas y los cinco puntos en siete partidos anteriores, son un bagaje muy difícil de soportar sino se asume con entereza y la seguridad de comprometer una inminente fecha de caducidad para estos resultados.
Sobreponerse a tanta adversidad requiere mentes serenas y convencidas de estar haciendo lo necesario para que llegue ese objetivo que día a día se resiste.
Y en esas, el conjunto de Javier Romero tiene otra oportunidad, la que siempre otorga el fútbol, para revertir la situación que arrastra y contentar, primero, a sus seguidores y, después, congraciarse ellos mismos, legítimos artífices del deporte de competición.
La pareja de baile para esta jornada es el CD.Utrillas, seis puestos por encima de los caspolinos y con cinco puntos más. Viene de tres derrotas consecutivas y tres partidos sin marcar. Gran parte de sus puntos los ha sumado como local por lo que baja sustancialmente sus prestaciones en las salidas.
En definitiva, tercera jornada de la segunda vuelta y dos equipos en busca de la victoria que buscarán, además, allanar el camino para construir un futuro que aunque lejano todavía (11 de mayo) no deben descuidar.
En cuanto a la estadística, los guarismos favorecen a los locales. CD.Caspe y CD.Utrillas se han enfrentado veintiuna veces desde el primer partido que jugaron en la temporada 51/52, con dieciséis victorias locales, dos visitantes y tres empates. O lo que es lo mismo, en el setenta y seis por ciento de los partidos los puntos se quedaron en tierras bajoaragonesas.
El último encuentro jugado en los Rosales corresponde a la temporada pasada con resultado final de empate a tres goles. Partido muy emocionante, en el que por tres veces se adelantaron los mineros y en otras tantas igualaron los zaragozanos por medio de Rotellar, Barriendos y Karol.