Temporada 1944/45

El fútbol en Caspe adquiere otra dimensión durante esta temporada. Por un lado, es efectiva la desaparición de los dos equipos que habían canalizado el deporte en los últimos años, pero por otro hay dos factores que le darán un impulso crucial significando la mayoría de edad del balompié caspolino: la llegada de los militares a principios del 45 y la chispa que se enciende con un nuevo grupo de chavales, precursor del definitivo Club Deportivo Caspe.

La Federación, por su parte, organiza sus competiciones divididas en las siguientes categorías:

- Tercera División, Grupo Cuarto, con: Escoriaza, Arenas, Atlético, Huesca y Teruel.
- Primera Regional, con dos grupos:
Grupo Uno: Levante, Gimnástica, Borja, Triasu y Zuera.
Grupo Dos: Tamarite, Fraga, Mequinenza y Marqueta.
- Segunda Regional: Salduba, La Salle, Ejea, Utebo, Celta, Torrero, Amsa, Ebro, Asso y Levante.

Volviendo a Caspe, en enero de 1945 recala proviniente de África el 63 Regimiento de Infantería encuadrado en la 51 División. La tropa se instala en las escuelas y fábricas de aceite y los oficiales se hospedan en las casas del pueblo. También había militares en los pueblos de la zona. Como complemento a sus ratos de ocio disputan partidos de fútbol entre ellos (Transmisiones, Intendencia, etc.) o frente a un equipo de la localidad.

Había muy buenos jugadores (algunos de Segunda División o equiparables) que hacían las delicias de los muchos aficionados asistentes a los encuentros celebrados en Cabo de Vaca, consiguiendo por simpatía hacer crecer el interés por el buen juego. La circunstancia es aprovechada por los caspolinos que se refuerzan con estos militares y conciertan partidos con equipos de las localidades cercanas (Mequinenza, Gandesa, etc.), alcanzando buenos resultados.

En un entorno más colegial, los escolares no han dejado en ningún momento de pegarle patadas al balón atendiendo a los mínimos requisitos disponibles, por ello se va regenerando con savia nueva, ilimitadamente, la enseñanza del juego. Primero en la escuela y después en el instituto, hay un grupo de chavales que se reúnen y forman un equipo con el nombre de "Olímpico". Este equipo se confunde en sus inicios con los más jóvenes de Acción Católica, pero tendrá la fuerza suficiente como para instaurarse independientemente, formar un club que tiene sus propias reglas y constituir la base de superiores instancias.

"El primer Olímpico lo formamos...", comenta don Emilio Fontoba Salas, "...Manuel Calved, Pascual Godina, Enrique Artal, Ramón Abadía, Tomás Fillola, Justo Zaporta, José Vidal, Ramón Meseguer, Francisco Suñé y Pedro Barrachina; luego vendrían Esteban Royo, José Serrano, Miguel Pina, Francisco Pina, Facundo Landa, Pedrín, José Pascual, García, Florencio Repollés y varios más... alrededor de 50 chavales eran socios y aunque sólo algunos jugaban, todos satisfacían las cuotas".

"Nos levantábamos a las seis de la mañana para ir a entrenar...", sigue diciendo el señor Fontoba, "...y el club tenía la sede en la planta inferior del Bar Mompel, cedido gratuitamente por José Ambrós. También colaboraron especialmente Vicente Ambrós, que nos entrenaba y dirigía, y Emilio Julve. El club estaba regido por un capitán-administrativo que se relevaba cada dos meses y era el encargado de llevar, entre otras cosas, las cuentas generales". Pagaban dos pesetas al mes y los tres primeros capitanes fueron: Manuel Calved, Francisco Suñé y Emilio Fontoba.