Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1957/58


Dice don José Garrido Sancho: "No recuerdo la fecha en que fui designado Presidente, ni cuando cesé, ni tan siquiera quién me sucedió...". Frase altamente demostrativa de la nula concreción que rodea los momentos objeto del presente comentario. A pesar de ello, tiene muchos visos de realidad el progresivo alejamiento del señor Garrido de la Presidencia del C.D. Caspe una vez asumido su cese en el Ayuntamiento de la localidad y el ascenso de su más directo escudero, don Emilio Peralta Villanova, a ocupar el sillón vacante y continuar así con el trabajo iniciado la temporada anterior. Son coincidentes, por otro lado, los testimonios que vinculan al señor Peralta con la Presidencia del Club, por lo que ante otras opciones no especificadas es coherente pensar que este gran aficionado que lo fue todo en el fútbol caspolino: jugador, entrenador, árbitro, dirigente..., sea quien tome el mando de la nave y marque el rumbo que signifique la continuidad de este deporte caspolino en el concierto regional.

En el apartado deportivo:
- Sigue como responsable técnico don Florencio Repollés Julve, ayudado por don José Pascual Casao en funciones de preparador físico.
- La plantilla es objeto de una renovación importante en su estructura, accediendo al equipo una serie de nuevos jugadores traídos expresamente para disputar la Tercera.
- Por último, la Liga se desarrolla negativamente, puesto que al final de la competición se consuma el descenso de categoría.

No comienza bien la temporada para el Club Deportivo Caspe. En el amistoso de fiestas cae derrotado frente al Amistad por uno a cuatro y los siete primeros partidos de Liga terminan con la pérdida de los puntos en juego. Es en la octava jornada del campeonato y precisamente frente al Amistad cuando rubrica la primera victoria, al superar por la mínima al conjunto zaragozano. Los siguientes partidos son un cambio de resultados, es decir, gana en casa y pierde fuera, lo que le hace sumar puntos, subir posiciones y salir de la zona peligrosa. Esta trayectoria se trunca en el mes de febrero, cuando nuevamente a una derrota sucede otra, confirmando así la antepenúltima posición clasificatoria, que lleva aparejado el descenso automático a regional. Se bate un récord en el número de jugadores empleados por el Caspe a lo largo de la temporada. Hasta un total de veintinueve jugadores defienden la camiseta caspolina este año, con el propósito de superar la negativa situación que día a día vive el equipo, malogrado y vano empeño falto de todo éxito. Los jugadores más alineados son: Mozota, Pueyo, Artero, Roca y Cuenca, y los más goleadores, a falta de dos tantos por contabilizar, Artero, con diez dianas, Pueyo y Cuenca, con ocho cada uno, y Mozota, con seis goles.

En la zaga, la meta está guardada por tres porteros: Fandos y Mayoral, que ya estuvieran en la campaña anterior, y Andrés Higueras, fichaje que seguirá en el Caspe al término de la presente competición. La defensa está compuesta por el trío Boscar-Irurita-Roca, aunque los últimos partidos Hospital y Peleato sustituyen a los dos primeros, conservando Roca su posición habitual. En el medio, Mozota y Javier son inamovibles, al igual que Artero y Gangutia en los interiores. Delante, Cuenca en el centro y Pueyo alternando ambos extremos, son los fijos, relevándose en la punta restante Florencio y González.

La Tercera División comienza esta temporada con diecinueve equipos, uno más que el año anterior, pero finaliza con dieciocho, por retirada del Cariñena. Precisamente es en el partido Caspe-Cariñena perteneciente al a decimoséptima jornada de Liga cuando incomparece éste y sale del torneo. No será el único incidente puntual del campeonato, aunque sí el más grave.

En el Mequinenza-Caspe hay problemas con el arbitraje de Leandro Martín, hasta el punto de dictaminar el Comité de Competición lo siguiente: "Sanción de tres partidos de inhabilitación a Florencio Repollés. Multa al Mequinenza por arrojar objetos, invadir el campo y agredir colectiva y tumultuariamente a jugadores y árbitro; asimismo, por intento de agresión al trío arbitral en la carretera. No se clausura el terreno de juego por la buena labor del Delegado de Campo y Directiva y se felicita al jugador Antonio Aldabó Miguel por su buena disposición". Por último, el órgano sancionador insta al Mequinenza "...a acometer las obras pertinentes para proteger la salida de vestuarios".

Pero no sólo hay problemas arbitrales en los desplazamientos, en casa el Caspe también da trabajo al Comité de Competición. En el encuentro Caspe-Binéfar el colegiado señor Martínez y los jueces de línea son agredidos, por lo que "...se sanciona al club caspolino con multa, si bien en grado mínimo, dada la buena disposición de su Directiva".

Con empate a dos concluye el partido disputado en Zaragoza entre el Arenas (líder) y el Caspe (farolillo rojo), igualdad que no sienta nada bien en la capital, puesto que describen al Caspe como "...un equipo con dos buenos jugadores, Gangutia y Cuenca, rodeados de gran entusiasmo". Es el mismo Arenas que pone en práctica la "oxigenoterapia" a sus jugadores recomendada por el doctor Martín Celiméndiz; decía el cronista: "Sólo entrenan dos días a la semana, diez minutos de oxígeno equivalen a varias horas de reposo. ¡Lástima que el oxígeno no mejore la clase!", apostillaba el incrédulo firmante.

El Caspe, con una posición baja en la tabla, camino del descenso, es un equipo que despierta toda clase de comentarios allá por donde va, apareciendo en la prensa diversos testimonios que nos aproximan al juego practicado por sus componentes: "...juega a la defensiva con un 3-3-4 y Florencio en el medio...", "...Mozota es el gran creador del juego...", "...debuta Arriazu, un defensa central nuevo...", "...Javier se incorpora al servicio militar...", "...comienza el juego en la banda izquierda, defensa-medio-interior-extremo, pero no terminan las jugadas...", "...juegan bien al fútbol, pero les falta corazón y estatura...", "...Cuenca es un jugador oportunista y Gangutia y Artero dos buenos interiores fuera de sitio...".

El Club Deportivo Caspe de la temporada 1957/58 es un equipo simpático, acreedor -a pesar de los pesares- de las buenas formas, sensible a los acontecimientos extradeportivos y magno en su quehacer semanal, tanto en el ámbito futbolístico como en el social: Recibe el premio a la deportividad de la Federación Aragonesa de Fútbol y entrega la taquilla del partido Caspe-Sabiñánigo a beneficio de los damnificados de Valencia.


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