Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1952/53


En el tránsito de una temporada a otra se produce el relevo en el Club Deportivo Caspe. Deja la presidencia don Miguel Morales Cortés para hacerse cargo de la misma don Manuel Navarro García, según el periódico zaragozano "El Noticiero", "designado presidente el 6 de julio de 1952 por la Delegación Nacional de Deportes". Entre los directivos que acceden a la nueva Junta se encuentran: Alfredo Catalán, Vicente Sisó (en calidad de tesorero) y los vocales José Sanz y Eduardo Muros. En el banquillo continúa un año más Joaquín Martín Pastor.

Este primer año de Navarro se distingue por la continuidad en la política deportiva heredada de su antecesor, entre otras cosas porque las arcas de la Sociedad están vacías. Dos hechos significativos llenarán de contenido el curso que tiene por delante: la plantilla está formada por jugadores procedentes de la propia localidad y en el plano económico se imprimen unas acciones para pública venta, al precio de 25 pesetas cada una, con el objetivo de proveerse de una capital que pueda impulsar al fútbol caspolino a lugares de privilegio. Téngase en cuenta que la partida fija de ingresos por abonos no sobrepasa las diez mil pesetas y la entrada al campo cuesta siete pesetas de media.

Miguel Morales, que no se ha desentendido totalmente del mundillo cercano al fútbol, recibe una comunicación el 12 de enero del 53, procedente de la Federación Aragonesa, para proponerle el encargo de coordinador en el Bajo Aragón, cuya misión sería organizar torneos no federados. Asimismo interesaría, dice la carta, contar con un equipo de la propia ciudad. El señor Morales contesta siete días más tarde: "... es el C.D. Caspe quien tiene la responsabilidad de estructurar y mantener un equipo en la población y respecto al Torneo comarcal, es imprescindible que descanse en tres pilares fundamentales: los desplazamientos deben ser cortos, nulos los gastos federativos y con árbitros colegiados a cargo de la propia Federación. Véase la gran cantidad de equipos desaparecidos en los últimos años por verdadera axfisia financiera: Alcañiz, Híjar, Sástago, Escatrón, Mequinenza, Calanda...". El campeonato se disputará en los meses de verano bajo la denominación "Torneo de Adheridos".

Comienza la temporada para el Club Deportivo Caspe con el partido de Fiestas, que le enfrenta al Amistad de Tercera División, sucumbiendo por cuatro goles a dos. El fútbol regional tenía sus máximos exponentes en dos grupos de la Tercera: el Segundo, integrado por Calatayud y Numancia (equipo soriano adscrito a la aragonesa), y el Tercero, con Arenas, Escoriaza, Atlético Universitario, Amistad y Binéfar. A esta categoría superior le sigue una Primera Regional dividida en varios grupos que clasifican un campeón de cada uno para la liguilla de ascenso a la nacional.

La Liga empieza favorablemente para el equipo caspolino con una victoria a domicilio. Será la única conquistada a lo largo de toda la competición y conseguida gracias al buen tino de Agustín Burillo, que marca los tres goles a diez minutos del final. Pero si escaso es el balance de positivos, no es menos cierto que el Caspe, en propio campo, se muestra con una seguridad inquebrantable, tan sólo rota con la visita del líder Torrero, que vence por dos goles de diferencia. En el último partido del año 52 jugado en casa, el alcalde don José Garrido entrega al capitán Ramón Abadía el Trofeo Federación a la Deportividad en presencia de los directivos señores Navarro y Muros. La primera autoridad saluda a los agraciados por el premio recibido, felicitándoles con unas palabras de simpatía. En este encuentro se guarda un minuto de silencio por la reciente muerte del ex entrenador señor Sevilla. El Campeonato finaliza con un C.D. Caspe en mitad de la tabla exhibiendo una insatisfactoria estadística.

Las siguientes jornadas no varían el signo obtenido por el equipo hasta el momento, adjudicándose una deficiente nota, tanto en el Campeonato de Aficionados como en la Copa de Primavera. En el primero, el Caspe cede ante la Montañanesa en dos partidos por el rotundo 14-0. En la Copa, nuevamente la Montañanesa barre a sus rivales, alcanzando la primera posición y clasificándose para disputar la segunda fase como líder del Grupo Quinto, formado por Villanueva, Caspe, San Mateo y el mencionado campeón. En definitiva, una temporada decepcionante, sintomática de los años de vacas flacas por los que atraviesa el Club, demostrado, obviamente, en los partidos oficiales e incluso en amistosos frente a conjuntos de la misma población. Todavía se disputan las liguillas locales de peñas; uno de estos equipos se enfrenta al menos dos veces con el Caspe cosechando resultados sorpresa. El 6 de enero del 53, Cantera 4-Caspe 4, y el 14 de mayo del mismo año, Cantera 7-Caspe 2, con el público, según don Félix García Martínez, "entregado totalmente en favor de los chavales y abroncando a los mayores que perdieron por tan abultada diferencia". Económicamente, la sociedad presenta el siguiente balance:

INGRESOS:
Saldo año anterior, 316,15 pesetas.
Ingresos taquillas, 7.943 pesetas.
Ingresos socios, 13.187 pesetas.
Totales, 21.446,15 pesetas.

GASTOS:
Gastos viajes, 14.473,60 pesetas.
Conserje campo, 4.500 pesetas.
Primas jugadores, 800 pesetas.
Impuestos, 1.500 pesetas.
Totales, 21.273,60 pesetas

Saldo a favor, 192,55 pesetas.

Por otro lado, es propósito de la Federación mantener viva la llama del fútbol en la zona ante la progresiva disminución de equipos, algunos de los cuales habían dejado una gratísima estela en un pasado reciente de esplendor y gloria. Para paliar en parte esta circunstancia se organiza un torneo de adheridos en el que participa el C.D. Caspe con un segundo equipo formado por chavales que empiezan y reforzado con jugadores del regional libres de competición. Lamentablemente, disponemos de pocos datos que clarifiquen el seguimiento del campeonato, pero entre la escasa información que nos ha llegado hay un Fabara-Caspe B, jugado el 5 de julio, poblado de incidentes que degeneraron en agresión, expulsión y amago de retirada prematura del terreno de juego, abortada por la determinación del delegado caspolino.


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