Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1978/79


La Junta General se presume como la única tabla de salvación para una nave que ha hecho agua por todos los costados. Vicente Bret Abadía tiene completamente decidido su cese y deberán ser los socios del Caspe quienes busquen una salida, una luz, ante el negrísimo porvenir que el descenso ha provocado. Oscuro horizonte, presagio de malos tiempos y cortapisa de voluntades. De tal modo que la reunión avanza y los congregados no encuentran a la persona o grupo de personas que encaucen los próximos pasos en un proyecto definido.

Como quiera que el tiempo transcurre lastimosamente, surge una alternativa: Constituir una Junta Gestora que avance un presupuesto y programe, con él, la temporada venidera. Alivio general en los presentes ante el paso adelante de los seis o siete aficionados que optan por dar sus nombres para tratar de reflotar un equipo hundido por la pérdida de la categoría. Los nuevos gestores del club no tardan en promover una reunión que dé viabilidad oficial al reto marcado.

El salón del Casino Principal es el lugar designado para mantener la primera cita entre los componentes de la Junta Gestora. La decisión parece tomada y el diálogo se ocupa de despejar dudas. Los presentes acuerdan erigirse en Junta Directiva a todos los efectos, por ello se establece una votación para presidente. El sufragio se realiza en papeletas, arrojando, por unanimidad, a Aurelio Clavería Gracia como candidato más votado: "... no era yo quien debía salir, pero parece que lo tenían todo pactado, acepté y nos pusimos en seguida a trabajar".

La Junta Directiva queda formada por:
Presidente: Don Aurelio Clavería Gracia.
Vicepresidente 1.º: Don Luis Izquierdo Gordillo.
Vicepresidente 2.º: Don Manuel Villegas Sánchez.
Secretario: Don Manuel Bret Ferrer y don José María Ruiz Martínez.
Tesorero: Don Angel Fillola Estopañán.
Contador: Don Santiago Gonzalvo Franco.
Vocales: Don José Verdaguer Solé, don Manuel Gonzalvo Franco, don José Cubero Zabay y don Emilio Barberán Franco.

Los nuevos directivos se aprestan, aunque entonces lo desconozcan, a vivir una temporada pletórica de vivencias reconfortantes. Se elabora un presupuesto cercano a los dos millones, que se cubre con un alza de nuevos asociados (captación que logra 350 carnets), más la aportación de 380.000 pesetas en material deportivo de la firma Adidas y los quincenales sorteos de dos balones de la acreditada empresa edificada justo al lado del que fuera primer campo de fútbol de la localidad.

Con el capítulo económico encarrilado, el siguiente paso se centra en la contratación de un técnico. Para ello, los representantes del club se desplazan a la capital aragonesa y firman a Antonio Lacasta Aquilué como nuevo entrenador. Lacasta prepara a un equipo de empresas: Zetaceros, campeón de España, y propone para su conformidad el alta de Javier Morata, destacado goleador en la competición laboral.

Por último, la Junta Directiva apuesta por mantener el Juvenil a costa de sacrificar el segundo equipo: "... estaba formado por jugadores que por su edad ya no eran válidos para el Caspe y preferimos decantar nuestros esfuerzos por los chavales con proyección". Con esta postura, el Caspe B queda totalmente roto y a merced de la disolución, pero los jugadores de la plantilla, lejos de amedrentarse ante el desentendimiento del grande, fuerzan diversas reuniones hasta que brota un nuevo club con el nombre de Compromiso C.F. Tras la obligada inscripción federativa se forma una mini Junta con Roberto Gracia Miñana (presidente), Miguel Domingo Tarín (vicepresidente), Angeles Piazuelo Poblador (secretaria), Miguel Crespo Barberán (Tesorero) y Joaquín Pueyo Ballabriga (vocal). Así, el fútbol en Caspe queda estructurado de la siguiente forma:

- C.D. Caspe (Primera Regional).
- Compromiso C.F. (Segunda Regional).
- C.D. Caspe Juvenil (Segunda Juvenil).
- Polideportivo Caspe (Tercera Infantil).

El Club Deportivo Caspe tiene ante sí un bonito desafío: retornar en el menor tiempo posible al nivel perdido. Para lograrlo cuenta con una plantilla netamente local y ligeramente experimentada. Siete jugadores continúan del año anterior: Berges, Solán, Sanz, Moreno II, Hernández I, Latre y Ferrero. Junto a ellos, los repescados Cortés y Moliner, el recién ascendido portero Herrero y el fichaje de Morata.

Morata hace una temporada sensacional, no en vano finaliza la campaña adjudicándose el trofeo al máximo realizador, además de ganarse la admiración de todos sus compañeros y público en general. Javier Morata, que pasea por la Regional el diez a la espalda, había desestimado las ofertas del Monzón, Binéfar, Illueca y Sariñena, entre otros, para firmar por el Caspe por amistad: "Antonio Lacasta me propuso ir con él y no me lo pensé dos veces". Morata empieza en el Juventud y forma con la Selección Aragonesa y A. Huesca. Prueba con Aragón y Portuense sin pasar satisfactoriamente el examen, refugiándose en el fútbol laboral; allí participa con Lacasta en el Campeonato de España, logrando el "pichichi", hasta que el técnico lo rescata para el fútbol aficionado.

Los caspolinos Cortés y Moliner regresan al club que les ha visto crecer como futbolistas. Manuel Cortés Maza, tras su infecundo paso por el Binéfar, retorna al redil caspolino, aunque establece sus pretensiones por encima de lo previsto en la sociedad. El acercamiento llega cuando el jugador acepta cobrar en especie, ropa "Adidas", la diferencia que le separa con la oferta de los directivos. Con respecto a Antonio Moliner Vaquero, la coincidencia de estar Angel Fillola en la directiva y ser el responsable de la oficina bancaria en Caspe de la entidad financiera para la que trabaja le simplifica el traslado de residencia: "... no estuve en la pretemporada, pero vine justo para empezar la Liga".

El C.D. Caspe vive una competición pletórica de resultados. Imbatidos en propio campo y líderes las veinticinco últimas jornadas. Corroborando a domicilio una superioridad manifiesta e indiscutible, "las más de las veces ganábamos los partidos en las segundas mitades, porque teníamos una mejor preparación física que ellos" -dice Carmelo Hernández Pueyo. Antonio Moliner Vaquero ratifica las palabras de su compañero con una anécdota: "En Almudévar perdíamos por tres a cero y los aficionados comentaban: ¿Éstos son los líderes? Tras el descanso les empatamos y la gente pasó de reírse a pedir la hora, porque veían peligrar el punto".

El Caspe exhibe su imbatibilidad hasta la jornada vigésimo segunda, perdiendo por la mínima (1-0) en Alcorisa. Antonio Moliner recuerda el pelotazo que estrelló en el poste faltando poco para terminar, una ocasión de oro que suscitó gran polémica con el "míster". Ese día debuta José Manuel Samper Mendoza: "... ya había jugado unos minutos frente al Pina, pero en Alcorisa salí al principio, lástima por la derrota". No fueron muy halagüeños los comienzos para Samper; su primer partido con el Caspe lo disputa en Mora, un amistoso para dar minutos a los noveles. Hacía diez minutos que el jugador había saltado al campo cuando recibe un balón colgado, el portero sale de puños para despejar, con tan mala fortuna que impacta en la cabeza del delantero: "... estuve cinco horas inconsciente, llamaron a mis padres y cuando llegaron al hospital todavía no había recobrado el conocimiento". Samper contaba 16 años.

No es éste el único incidente que sufren los caspolinos. Miguel Sanz Ballabriga recibe en Zaidín un fuerte golpe en la cabeza que le supone traumatismo craneal, abandonando tres meses la práctica futbolística hasta incorporarse a filas. Incidencias en una campaña peregrina con un foco muy conflictivo en la provincia oscense. Los partidos en Belver, Binaced y Zaidín dan pie a toda clase de extravagancias, con un público muy volcado y presionando constantemente al juez de la contienda. El técnico, Antonio Lacasta Aquilué, relataba en un artículo publicado en "Zaragoza Deportiva" y firmado por su corresponsal en Caspe Paco Andréu: "... no fue todo pan comido: Berges se casó al comenzar la Liga y faltó un mes. Moreno se incorporó a la mili. Sanz y Cortés se lesionaron en la primera vuelta; el uno tardó bastante en reaparecer y el otro volvió a jugar cuando se terminaba el Campeonato".

En la misma entrevista Lacasta habla de su futuro: "Mi renovación depende de tres factores: primero, afectivo, no habrá ningún problema porque estoy muy integrado; segundo, deportivo, con veinte o veinticinco jugadores podremos hacer un buen papel en Preferente. Y tercero, el económico, hablar de dinero en la Regional es muy relativo pero si un entrenador se ha de desplazar tres veces por semana haciendo doscientos kilómetros, entrenar, plantear los encuentros, etc., eso ha de tener una compensación atrayente". Antonio Lacasta pasa de ciento veinticinco a doscientas mil pesetas y sigue otro año en la Ciudad del Compromiso.

La alegría rebosa en el entorno caspolino y don Juan Pérez Ribes compone el himno al Caspe con letra de don Manuel Callao Gavín:

¡Aupa Caspe! ¡Aupa Caspe!
Club de fútbol caspolino,
que defiende sus colores
con tesón y mucho tino.
Somos un grupo de socios
que tenemos ilusiones
de engrandecer nuestro club
y llegar a campeones.
¡Aupa Caspe! ¡Aupa Caspe!
club de fútbol caspolino,
que tenemos ilusiones
de llegar a campeones.


Satisfacción que traspasa el ámbito local con un seguimiento puntual a los más jóvenes. Ferrero, por ejemplo, es seleccionado por al Sub/19 de Aragón, "... y tuve varias ofertas indirectas a través de Antonio Lacasta".

La temporada se cierra con Junta General de Socios el 13 de junio, en la que se aprueban las cuentas y un incremento de las cuotas para el año siguiente, a tres mil pesetas más dos días del club. Se informa, asimismo, de la instalación de unas torres con focos y de los galardones a los jugadores más destacados: Máximo Goleador para Javier Morata; José Manuel Latre, a la Regularidad, y Trofeo Especial para Manuel Tena.


Texto Libro