Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1973/74


Post festum, pestum. Latinajo medieval recurrente para indicar que tras los fastos, tras un período de bonanza, viene un tiempo menos agraciado. "A la fiesta, la peste", frase ancestro sin duda de las manidas expresiones, "después de las risas, los lloros", o "poco dura la alegría en casa del pobre", y esto es lo que le sucede al Club Deportivo Caspe. Una vez festejado el cincuentenario de la fundación y la vuelta a la Regional Preferente, la celebración queda ensombrecida por una campaña lastimosa que conoce el cambio de entrenador a la cuarta jornada de Liga, varios fichajes y la duda, hasta el último instante, por la conservación de la categoría.

Los cambios también afectan a la Junta Directiva con la entrada de once nuevos miembros, dos de ellos en la cumbre dentro del organigrama general de la entidad.

Presidente: Don Ceferino Cortés Villanueva.
Vicepresidente 1.º: Don Roger Chaudron Schmit.
Vicepresidente 2.º: Don Carlos Muñoz Alvarez.
Vicepresidente 3.º: Don José Callao Centellas.
Secretario: Don Pascual Campos Borraz.
Tesorero: Don Fernando Tajada Ramos.
Vocales: Don José Cubero Zabay, don José Verdaguer Solé, don Manuel Gómez Callao, don Félix García Martínez, don Jesús Cirac Cervera, don Emilio Barberán Franco, don Manuel Villegas Sánchez, don Pedro Gasca Rocafull, don Javier Labodía Fontoba, don José Antonio Gil Centol, don Andrés Bielsa Balaguer, don Manuel Burillo Pinós, don Domingo Argente Valero, don Gregorio Sánchez-Ángel Carrión y don Rafael Cubeles Rivera.
Médico: Don Francisco Blasco Lapuerta.
Religioso: Don Tomás Necega Insa.
Masajista: Don José Fillola Jordán.
Transportes: Autobuses Guiral.

La temporada es dura y difícil y el calendario no favorece en modo alguno un buen despegue en la competición: El equipo llega a la novena jornada con tan sólo un punto. El primer domingo de septiembre los caspolinos viajan a la vecina localidad de Mequinenza y en un choque de máxima rivalidad comarcal los mineros se imponen por la mínima. La semana siguiente, el Caspe recibe al Deportivo Aragón, que promocionaría después por el ascenso, y una nueva derrota suma el casillero.

El tercer partido es desplazamiento, largo viaje a Sabiñánigo y adición en la cuenta negativa, esta vez con amplitud en el marcador que decide a Mariano Gómez Callao a arrojar la toalla y presentar la dimisión: "Se notó en demasía el cambio de categoría y la facilidad goleadora del año anterior traiciona la seguridad de la plantilla". Con la renuncia en su poder, el presidente, Ceferino Cortés Villanueva, encuentra el camino despejado para la contratación de un técnico que sirva de revulsivo a los malos resultados: "... fuimos a Zaragoza para entrevistarnos con Daniel Barajas y éste nos recomendó a Jesús Romeo; al día siguiente ya dirigía su primer entrenamiento".

"Los jugadores no nos enteramos de nada... -dice Francisco Dolader Poblador- y el jueves, cuando llegamos al campo, nos presentaron al nuevo entrenador". Romeo, ante la novedosa situación, pide asesoramiento a sus pupilos y juntos configuran el punto de partida. En el tránsito se producen tres bajas: G. Callao (obvia), Cardona (esporádica) y Moliner (lesionado); por contra, Jiménez solicita la titularidad como desagravio a su actuación de la semana anterior. El debut se salda con un empate.

Pero los siguientes partidos siguen otorgando indeseados quebraderos de cabeza a los rectores del Caspe y no será hasta la décima jornada de Liga cuando se obtenga el primer triunfo del Campeonato. Visita el municipal del Plano la Unión Deportiva Fraga y el choque se resuelve con ventaja local por dos goles a cero marcados por Sánchez. Éste será el punto de inflexión para retomar el signo apetecido, cuanto menos en casa, puesto que en propio terreno se mantiene alto el listón aunque, lejos de la "Ciudad del Compromiso", los enfrentamientos se cuentan por fracasos salvo la apurada y polémica visita a Escatrón y la decisiva victoria en Sariñena, que desemboca en la promoción frente al Boscos felizmente resuelta.

La impertérrita confianza en un mismo bloque y el progresivo acomodo en la categoría justifican el reencuentro con la senda acertada. Nueve son los jugadores sobre quienes descansa el mayor porcentaje de logros y desventuras: Atrás, Moreno-Cardona-Cortés, y Moliner de cierre; en el medio, Sánchez como pivote y Villegas en el interior izquierdo, y delante, la tripleta Berges-Diego II-Diego I. Junto a ellos, hasta cinco porteros defienden la meta y varios nombres cubren el interior derecho. Una larga lista tapa agujeros y cuatro fichajes aportan, en su momento, una bocanada de aire fresco: Jaime Sánchez Nebot, un buen guardameta con problemas personales (jornada 16); los militares, compañeros de Santiago Moreno, Jose Pinsach y Mario Acerete (jornada 24) y Francisco Sopesens, joven futbolista proveniente del Calasanz, con planta y visión de juego (jornada 28).

Por contra, la temporada despide inicialmente a G. Callao y después a Elio, Paco, Diego II y Monclús, cinco jugadores que han defendido fervientemente la camiseta azulina. Triste adiós ante la inercia de la edad u otros imponderables. Frialdad general e insensible acento en quienes decapitan el presente olvidando las tardes de honor y saludos. Sólo el discurrir del tiempo sienta a cada uno en su verdadero lugar y honra el recuerdo de aquellos que cruzaron tales caminos:

- Mariano Gómez abandona la práctica activa y continuada del fútbol tras su renuncia a la dirección técnica y pasará a dirigir al filial.
- Pascual Diego une al sacrificio de viajar todos los domingos al pueblo con la división de opiniones que provoca su contribución al equipo y decide tajantemente su despedida tras la desaprobación del público a un penalty errado.
- Son razones físicas las que suscitan la marcha de Francisco Dolader y Elio Abián. El primero, harto de cargar a cuestas con su lesión de rodilla que le impide disputar dos de cada tres partidos, y el segundo, por problemas con los abductores; Elio recibe sesiones de recuperación en la Calvo Sotelo de Escatrón, pero no le despejan el camino con la claridad suficiente como para evitar la recaída. Es un jugador joven (23-24 años), pero se gana el apelativo de "abuelo" por el pelambre que luce su testa.
- Javier Monclús sólo disputa la recta final de la Liga y con ella cuelga definitivamente las botas. Ya se había desentendido del fútbol cuando se convierte en el recambio buscado por el presidente para salvar el descenso. "Vino Ceferino al trabajo y me dijo que no tenía porteros...", el guardameta duda por la falta de entrenamiento, pero cede ante las razones del máximo mandatario. "Aquel año fue muy gratificante para mí, porque salvamos la promoción y nació mi primer hijo. Tengo un balón firmado por todos los jugadores y los compañeros me regalaron la concha para el bautizo".

Si por un lado la temporada despide a los representantes de una generación símbolo de la anterior estructura, por otro ratifica a algunos de los más noveles jugadores caspolinos:

- Manuel Cortés, Antonio Villegas, Joaquín Berges o Antonio Moliner, que comienza la "etapa Romeo" con una lesión de tobillo y la pérdida de la titularidad. Moliner vuelve a entrenar superado el contratiempo pero no entra en los planes del "míster" y, decepcionado, se autoimpone una fecha tope: "... estaba decidido a abandonar el fútbol si llegaba a Navidad y no me ponía". Afortunadamente para el interesado y los aficionados, juega el Eureka-Caspe y olvida la sensación de ocupar el banquillo.

Jesús Sánchez, escatronero, completa su tercer año en Caspe por amistad: "... me ofrecían más dinero en el Escatrón pero me quedé porque estaba muy a gusto". Sánchez, como consecuencia del Escatrón 3-Caspe 4, sufre en sus carnes la incomprensión de los aficionados, obcecados por la ciega y ridícula pasión que antepone la defensa de un espúreo ideal al convencimiento inteligente de un resultado deportivo: "... mi novia y mi padre fueron quienes peor lo pasaron, porque yo trabajaba en Tarragona y no residía en el pueblo". Jesús Romeo, conocedor del importante choque (ambos equipos ocupaban puestos de descenso), no da entrada inicialmente al jugador por temor a un rechazo popular, salvaguardándolo de un previsible daño psicológico, pero Sánchez muestra su disconformidad y el entrenador reconsidera su postura. El centrocampista cuaja una buena tarde y marca dos goles que festeja con alegría. Los seguidores aprecian una provocación en sus gestos y le hacen pagano del desacierto local. Hay mucha tensión en el ambiente y un jugador, ampliamente conocido en la regional, se ensaña con el árbitro y será sancionado ejemplarmente. El final de la Liga es de infarto para los caspolinos. A falta de una jornada para la conclusión, la tabla enseña los cinco últimos lugares ocupados por Lamusa, Escatrón y Almazán, ya descendidos, Caspe con 28 puntos y Tauste con 29. El Campeonato finaliza con desplazamiento de los dos clubes, Tauste a Oliver y Caspe a Sariñena. Los taustanos pierden por tres a cero en Zaragoza y los caspolinos logran la victoria en el campo monegrino y una plaza para la promoción.

Con la nueva oportunidad en el horizonte, el C.D. Caspe prepara varios partidos amistosos que mantengan el tono de sus efectivos y allanen el camino para afrontar la eliminatoria con el Boscos.

El primer encuentro de la promoción se disputa en Zaragoza y la Junta Directiva que preside Ceferino Cortés vuelca todo su entusiasmo en salvar la eliminatoria. El 20 de junio se hace una colecta para recaudar fondos con los que primar a los jugadores, recogiéndose 7.800 pesetas, y un industrial caspolino anónimo costea los gastos que origina la concentración del equipo. Efectivamente, como si de un "club grande" se tratara, el Caspe sale la víspera de la población y pasa la noche en el Portal Monegros, cerca ya de la capital. La noche está arropada por historias para no dormir y son las cinco de la madrugada cuando todavía hay luces en las habitaciones. El objetivo se cumple en parte y el resultado final señala empate a tres ante los numerosos incondicionales venidos expresamente para la ocasión.

En los días de espera hasta el segundo partido no se habla de otra cosa y todo el mundo confiesa su favor al equipo. La confianza en salvar el escollo es extrema y los consejos a la plantilla provienen de todas las gargantas, hasta Diego II viene para un... por si acaso, ¡como es goleador! Pero Serán Sánchez, Diego I y Berges quienes perforen la meta rival y arranquen de los sufridos asistentes el cántico de ¡Campeones, campeones!, aunque sólo se haya logrado la salvación y en la repesca.

La campaña está avanzada y las vacaciones vienen bien para retomar fuerzas y planificar el año siguiente; hay que avanzar en los objetivos, apuntalar el equipo y completar un presupuesto, un millón doscientas mil pesetas este ejercicio, que atraiga mejores jugadores para reforzar la plantilla. En el capítulo de agradecimientos, Octavio E. Jover Gimeno, director de Radio Caspe, recibe una placa "por la labor realizada en pro del club".

La faceta futbolística no se circunscribe al C.D. Caspe, puesto que en Segunda Regional milita el Arena Sport, Caspe B con nueva denominación, que finaliza la Liga tercer clasificado a cuatro puntos del líder y hace suya la Copa de Primavera. Equipo juvenil patrocinado por la firma "Adidas", que fabrica los balones para el Mundial Munich/74.

También se disputa un torneo de empresas entre: Chana, Copeca, Arena Sport, Pintores, Metalurgia Fontoba, Talleres Guiral, Tauni y Alisa, que será el equipo campeón.


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