Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1960/61


No había terminado todavía la Copa de Primavera (temporada 59/60), cuando el domingo 19 de junio se reúnen por la mañana los socios del C.D. Caspe en asamblea extraordinaria para la formación de la nueva Junta Directiva. En ella es reelegido Florencio Repollés para la presidencia, evidenciando el voto de confianza que le ofrecían los asociados al joven abogado caspolino como reconocimiento por los éxitos cosechados con el ascenso de categoría. El Caspe volvía a la Tercera División tras dos años de exilio en la Regional.

La Junta Directiva queda formada por los siguientes señores:

Presidente, don Florencio Repollés Julve;
Vicepresidente 1.º, don Antonio Jover Roca;
Vicepresidente 2.º, don Leoncio Piera Albiac;
Secretario, don Luis Herrero Ascaso;
Secretario asesor, don José Besteiro Asensio;
Tesorero, don Amalio Pérez Correas, y
Vocales, don Manuel Andréu Cirac, don Angel Ferreres Durán, don José Luis Rocañín Lobera, don Abelardo Comte Sabaté, don Alejo Lorén Albareda, don José Callao Centellas, don José Casanova Salinas, don Bernardo Olona Gavín, don Antonio Rufau Ballabriga y don Pablo Zalduendo Aspas.

Antonio Albesa publica en el mes de julio de 1960, en "El Noticiero" zaragozano, una entrevista con Florencio Repollés, donde adelanta las líneas maestras para el futuro, habla de su ligazón con el deporte caspolino y concretamente de su etapa como futbolista, recordando los tiempos heroicos de aquel "Olímpico", con sus socios protectores, cuotas semanales y recuerdos de gentes que habían constituido el primer impulso, quince años atrás, para que el tren del fútbol en Caspe se detuviera ahora, en la estación de la Tercera.

La temporada partía, no obstante, con un déficit acumulado de 32.000 pesetas y los primeros gastos se cifraban en 60.000 pesetas más un fijo de 2.000 pesetas mensuales en concepto de viajes y arbitrajes. Para hacer frente a este presupuesto los nuevos dirigentes fijan unos precios a sus quinientos socios de 35 pesetas al mes por el asiento de tribuna, 25 en preferencia y 20 pesetas, también al mes, para el acceso a general.

En el apartado deportivo se ficha a un nuevo entrenador -Martín Castillo- y se hacen pocas variaciones en la plantilla, respetando el bloque del año anterior. La defensa, junto al portero, será la línea más afectada. En definitiva, se prepara un equipo compensado, con 23 años de edad media, capaz de resistir decentemente la prueba que tiene por delante: mantener la categoría sin grandes apuros y ofertar, en lo posible, buenas tardes de fútbol a la sufrida y perseverante parroquia bajoaragonesa.

En el C.D. Caspe causan baja Soriano (portero), Rangil, Tino, Pola y Martínez, que ficha por el Amistad junto a Leal. En su lugar adquieren compromiso con el club Soto en la portería, Gallego y Lorén para la defensa y Yagüe en la delantera. Posteriormente saldrá un joven canterano, Burillo, y a mitad de temporada jugará unos partidos el alcañizano Espuny. El resto de la plantilla no sufre variación, alineando en septiembre a: Soto; Gallego, Laborda, Hernández; Tintín, Javier; Herrera, Yagüe, Mallor, Arnillas y Pueyo. En la segunda vuelta Gallego deja su puesto a Lorén; Arnillas, un hombre de juego dúctil, retrasa su posición a la defensa, cubriendo su hueco Burillo. El Caspe no emplea este año más de trece o catorce jugadores, guardando cierta similitud en sus formaciones.

En pretemporada, el 15 de agosto se juega el partido de Fiestas con la visita del Lérida. El resultado favorece a los caspolinos por cinco a uno y en el bando local se alinea el zaragocista y ex internacional Rosendo Hernández, presenciando las incidencias desde la grada César, entrenador del Real Zaragoza.

Respecto a la Liga, el comportamiento del Caspe presenta tintes muy peculiares. Queda clasificado en la zona media de la tabla, con un positivo, merced a la gran regularidad mostrada en casa. En el campo del Plano se hace fuerte y guarda todo lo disputado, a excepción de tres puntos, una derrota ante Amistad y un empate con el Arenas. Por contra, fuera tan sólo consigue cuatro puntos, una victoria en Jaca y dos empates, con Calatayud y Monzón. Y por si estos datos estadísticos no fueran lo suficientemente elocuentes, el Caspe este año se muestra parco frente a la portería rival, tan sólo hay dos equipos que marcan menos goles que los caspolinos, pero además los encaja en la misma línea, siendo el cuarto conjunto de la Tercera menos goleado.

Además hay otras particularidades que confieren a la temporada una personalidad propia.

-Transcurren unos meses con mucha pluviometría, incluso se desborda el río Ebro, lluvias que provocan múltiples problemas a la hora de mantener en perfectas condiciones los terrenos de juego.

-El primero de enero, día de Año Nuevo, el Caspe juega en casa con el Arenas. Previniendo posibles ausencias tras la celebración de la Noche Vieja, la Junta Directiva adopta una medida a la antigua usanza y concentra a la plantilla en el Hospital, como si de aquellos especiales y trascendentales partidos se tratara.

-El cuarto partido de Liga conoce el debut de un joven canterano, aunque su primer recuerdo lo sitúa dos meses más tarde, en un Mequinenza-Caspe. La semana siguiente, en el Caspe 3 - Andorra 0, Manuel Burillo Pinos mete el segundo gol de la tarde, que sería el primero en su cuenta personal: "... yo iba con los juveniles pero entrenaba con los mayores. Un día me dijo Martín Castillo, ¡Prepárate para el domingo! y jugué. Intercambiaba titularidad con Yagüe porque era un chaval muy delgadito y en los campos embarrados no me sacaban, pero en una ocasión que había llovido bastante y ni siquiera había entrado en la caseta, salió el entrenador y me dijo ¡Cámbiate!, repuesto de la sorpresa salté con los demás y recuerdo que aquel día tuve el santo de cara".

Manuel Burillo viaja el día de Navidad a Cortes de Navarra con el segundo equipo. El Caspe B jugaba en Primera Regional por una plaza para la Tercera División... "...lástima que no se hiciera una buena campaña porque podrían haberse encontrado los dos equipos en categoría nacional". El encargado del "B" y de los juveniles era Joaquín Celma... "un hombre que sentía profundamente el fútbol".

Celma había venido a Caspe en 1953, sigue de cerca el periplo Vila-Peralta-Florencio, aunque no participa activamente. "...Recuerdo los desplazamientos en la Rubia, en los camiones y por último con los taxis de Bel-Labodía primero y Perdiguero-Centol después. ¿De Burillo...? Burillo era un chico que le gustaba mucho jugar pero lloraba cuando le ponían de extremo". Joaquín Celma entraría poco a poco en la dinámica del mundillo futbolístico hasta que se vio totalmente envuelto por él.

Los desplazamientos se realizaban en coches propios, los menos, o en taxis. Claudio Perdiguero trae a principios de los sesenta un Seat... "...es el primero que viene a Caspe..." ... de cinco plazas, con matrícula Z-16803, y después usaría un Austin con matrícula Z-55223. Perdiguero anduvo muchos kilómetros con los jugadores y recuerda varias anécdotas, algunas vividas y otras sufridas, por los campos de la regional:

- "Con el Mequinenza había una especial rivalidad, puesto que las minas recogían trabajadores de toda la comarca, incluido Caspe. En un partido que jugaban ambos equipos el árbitro pitó penal a favor de los caspolinos. ¿Qué negro vería el panorama el hombre cuando intentó convencer a Florencio para que chutara fuera? El gol subió al marcador y tuve que llevar en el coche al árbitro hasta Fraga"

- "Los duelos con el Escatrón también estaban cargados de inquietud y pelusa. En cierta ocasión y con otro árbitro de por medio lo tuvimos que esconder en el taxi porque lo iban a tirar a la acequia. ¡Menuda cara pusieron las gentes de la Puebla cuando vieron salir un hombre del maletero del coche!"

Tras la Liga, el C.D. Caspe juega la Copa de Primavera, competición efímera, puesto que en primera ronda cae derrotado por el Alcañiz, cinco a cuatro en el global de la eliminatoria, tras prórroga.

Los juveniles participan en el Campeonato Regional de su categoría, torneo dividido en dos fases. El equipo caspolino queda campeón de su grupo en la primera, pero cae derrotado en la segunda fase frente al Lamusa de Huesca por cuatro a tres, pírrica diferencia que desniveló un marcador de forma poco común. José Luis Samper Borraz rememora lo sucedido: "En casa ganamos por tres a cero y en el partido de vuelta el Lamusa nos mete tres goles, quedaba por lo tanto empatada la eliminatoria y era necesaria una prórroga. En este tiempo suplementario pitan un penalty a nuestro favor. Soy el encargado de tirarlo y conseguimos gol, pero ante el asombro general el árbitro lo anula por... ¡fuera de juego! La prórroga no se terminó hasta que el Lamusa metió el cuarto gol". Para colmo de males, Jesús Martín Guardia sufrió una sanción de cuatro partidos.

El fútbol conoce esta temporada una planificación adecuada, con un escalonamiento inteligente. Hay tres equipos en competición federada: uno en Tercera (aunque no cuenta con muchos efectivos de la localidad), otro en Primera Regional (estos son todos de casa) y un juvenil. Además, el Frente de Juventudes organiza un Campeonato Local de Fútbol en el que participaban cuatro peñas: Centuria Compromiso del Frente de Juventudes, San Vicente Ferrer de Acción Católica, Nueva Cantera y Tex/Ton. El resultado de la final es:

San Vicente Ferrer 3 (Perezagua-Antón-Sala) - Compromiso 2 (Martín-Martín).

Jugaron por los vencedores: Ráfales, Piazuelo, Escuin, Vidal, Inocencio Clavero, Sola, Perezagua, Manchón y Martínez. Siendo sus contrincantes: Rafael, París, Sancho, Cirac, Pepín, Miguel, Galicia, Hernández, Martín, Escorihuela y Ráfales.
Árbitro: Sr. Rubio.


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