Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1982/83


Es el fin de una generación. Tiempo minimizado de la exposición que culmina su apogeo de tres décadas. Grupo de jóvenes que arremolinan tres fases de la vida: ascenso, sostén y caída, en un suspiro temporal. Futbolistas llamados a la gloria local perdidos en el abismo de la repetición sin frontera y la razón longilínea. Precoces caballeros de justa invariable, sin acicate.

La Liga anterior avanza los primeros casos de jugadores que zanjan su pacto con el Club Deportivo. Con el cambio de temporada el porcentaje sube alarmantemente, hasta el punto de ocasionar una debacle general. A los nombres de Solán, Sanz y Carmelo hay que sumar los cuatro refuerzos, Mateo, Mora, Lamarca y Espés. Tras éstos, un rosario de acompañantes que imitan idéntico camino.

Manuel Cortés Maza, "... me había casado en el mes de julio"; Javier Moreno Pina, "... tuve una lesión de osteopatía de pubis"; Joaquín Berges Amorós, "... estaba en desacuerdo con la filosofía implantada"; José Manuel Latre Rebles y José Manuel Samper Mendoza, "... fuimos a la mili", el primero a Palma de Mallorca, y el segundo calza las botas únicamente en tres ocasiones, "en Sariñena y dos más incompletas". Ante el caos que supone el tumbo dado en el equipo, la Directiva, presidida por Roberto Gracia Miñana, se ve abocada a juntar un grupo totalmente nuevo en las fechas previas al inicio de la campaña.

El presidente viaja constantemente a Zaragoza por motivos comerciales y conoce a un entrenador con quien comenta a menudo los pormenores del fútbol regional. Alfredo Cucalón Espatolero ha dirigido al Calatorao y recibe la encomienda de firmar por el Caspe, "ya había visitado el pueblo con el Balsas de Ebro Juvenil". Roberto Gracia le encarga que forme un equipo nuevo, no muy costoso, "sólo quedaban del año anterior Casanova y Moliner", y el técnico aprovecha su relación con el mundillo juvenil para traerse chavales recién salidos de la edad, libres de compromiso, con ganas de sonar en la categoría y confiados en la oportunidad ofrecida por un preparador conocido: "El Caspe tiene una plantilla de nombres sin gran relieve", publica la prensa zaragozana.

José María Ara entrevista a uno de los chavales con más proyección. Francisco Javier Abadía Gaspar, nacido en Zaragoza el 13 de septiembre de 1963, 63 kilos de peso y 1,70 metros de altura. Abadía ha pasado por el Real Zaragoza Alevín (dos años), Ebro (tres), Helios de Liga Nacional Juvenil (dos) y Boquiñeni. Juega de medio volante o interior y ficha con el Caspe por la influencia de Cucalón al igual que Bueno, Couto o Díaz, "somos un grupo muy joven, compensado y con calidad en todas sus líneas, acaso falte un poquito de picante en la delantera".

El Club cierra el capítulo de las incorporaciones con José Luis Domingo, una vez salvadas las trabas paternas y cansado el portero de varios años fuera de casa, el último en Mora. Pero los cambios no se circunscriben a la plantilla, puesto que la cúpula dirigente también conoce el trasiego de sus ocupantes. Tomás Gracia Hernández deja la Vicepresidencia a Pedro Gasca Rocafull; Antonio Llop Estopiñán pasa a ser el delegado del equipo y entra en la Junta José Hernández Comech, que recoge el testigo de Llop y dedica su esfuerzo a la puesta a punto del campo y el material.

El C.D. Caspe conoce diversas fases en la temporada. El primer tramo es flojo, como respuesta a la falta de conjunción en un grupo totalmente novel. Sin embargo, en los meses de octubre y noviembre, el equipo se destapa con ocho partidos invicto, seis empates, que le propician un ascenso posicional hasta alcanzar la quinta plaza cuando ha transcurrido un tercio de la competición. A partir de ese momento, se observa otra vez una fuerte caída que le aboca al descenso. Las razones esgrimidas para explicar este "bajón" señalan distintas versiones según sean directivos o plantilla quienes las viertan. Para unos, falla la condición física provocada por cierta desidia en los entrenos y para los otros es producto del incumplimiento económico de la entidad, "a mitad de Liga dejaron de pagar". Los apuros financieros se acentúan y la Junta decide conceder la baja a algunos jugadores, "los chicos pidieron seguir todos juntos aunque tuvieran que repartir los sueldos". El final del Campeonato mejora el balance deportivo y, con sólo dos derrotas en ocho partidos, la curva clasificatoria busca la mitad de la tabla.

La campaña deja insatisfechos a los aficionados tras muchas tardes vividas con el alma encogida por un marcador adverso -quince puntos vuelan del Plano-, o la emoción de un resultado ajustado, "es el empatón de la Preferente". Dejadez que provoca cierto abstencionismo del público, que se resiste a pasar regularmente por la taquilla; además la representación local "brilla por su ausencia", con cuatro únicos elementos, símbolo en este apartado: Miguel Casanova Buisán; José Luis Domingo Franco, que estrena jersey en el Caspe 4-Calatayud 1, "el gol fue de penalty y paré otro"; José Manuel Ferrero Dolader adquiere el distintivo de capitán en el Cariñena 1-Caspe 1, con 22 años, y Antonio Moliner Vaquero recibe la primera lesión grave de su carrera deportivo-federada, "menisco interno de la rodilla izquierda", que le precipita al quirófano, "... y yo no estaba por la labor".

Por otro lado, la temporada trae consigo un tremendo susto aunque el saldo es benigno para el alcance supuesto. Los desplazamientos se hacen en coches particulares como merma al constante goteo de gastos. Extremo que adquiere tintes dramáticos en la vuelta de Almazán. Es un 17 de octubre y el C.D. Caspe ha empatado a cero goles en el campo soriano; el positivo logrado endulza el largo viaje que resta por delante, cuando, en una curva, el coche conducido por el presidente derrapa, sale del asfalto y da varias vueltas de campana. La buena estrella, a pesar de todo, permanece ese día con los cinco moradores de un vehículo que queda inservible.

El parte del accidente alude: el conductor, Roberto Gracia, presenta una contusión en la cabeza y fractura de la clavícula; el masajista, José Fillola, tiene hundimiento de dos costillas, y el jugador Francis, un fuerte traumatismo en la rodilla; los tres precisaron hospitalización en Calatayud. Con carácter leve, Ricardo Gracia observa una pequeña brecha en la cabeza y Díaz, único ocupante ileso, retorna a la carretera para pedir auxilio.

El accidente provoca una reacción inmediata, "las siguientes salidas se harán en autocar". Antonio Llop Estopiñán viaja a todos los pueblos y sabe de las peripecias que da el servicio, "contratamos a una empresa de Zaragoza que nos mandaba un coche barato y muy lento". Las anécdotas en torno al vetusto aparato surgen por doquier, "había que echarle agua al radiador y al eje de las ruedas", dice Roberto Gracia Miñana. Alfredo Cucalón Espatolero añade, "sólo tenía calefacción en un lado, y allí nos poníamos todos", y José Luis Domingo Franco termina, "continuamente temíamos quedarnos en cualquier sitio", circunstancia no vivida pero que trae consigo una tremenda polémica en otro viaje a tierras sorianas.

En el partido Soria-Caspe, los problemas de locomoción retrasan la llegada del equipo caspolino. Tras la pertinente espera y las disculpas de rigor, el encuentro se celebra y concluye con empate a un tanto. Los sorianos observan alineación indebida de un visitante y presentan la oportuna reclamación al Comité de Competición: "El C.D. Caspe, desconociéndolo, había alineado a un jugador sancionado". El órgano disciplinario territorial da la razón al Soria y el Caspe recurre a la instancia superior. Ésta, otorga un veredicto favorable a los zaragozanos y sienta jurisprudencia. A raíz del auto, todas las suspensiones regionales se deberán comunicar por telegrama.

La juventud de la plantilla caspolina favorece su inscripción en el Campeonato de Aficionados Sub/23. El Club queda exento en la primera ronda y pasa a Cuartos, donde coincide con el Ejea. Al término de los 180 minutos reglamentarios, la eliminatoria está empatada y se debe disputar una prórroga. El tiempo añadido va transcurriendo sin ofrecer un ganador y a cuatro minutos para el final sale Roberto Couto, portero suplente, en misión atacante, "fue verlo y no verlo..., dice Antonio Llop Estopiñán, ... marcó el gol de la victoria, le enseñaron dos tarjetas amarillas y lo expulsaron". En Semifinales, el Caspe encuentra al Deportivo Aragón, que le inflige un severo correctivo.

Si para los aficionados la temporada no es primorosamente sugestiva, los jugadores disfrutan con su participación. El ambiente que se vive en el vestuario es jovial y proclive a los buenos ratos. Ferrero recuerda, "cuando pasábamos por Zaragoza de vuelta a casa, Cucalón nos invitaba a merendar en su tienda y yo llegaba a Lérida a unas horas intempestivas". Domingo añade, "se dio cita gente muy maja como personas y con calidad en el pelotón". El anuncio de la directiva dando a conocer las dificultades de tesorería tampoco altera en exceso el flujo de simpatía que rodea a los jugadores, "al principio pagábamos 8.000 pesetas al mes, pero luego fue imposible sacar dinero para equilibrar los gastos pendientes". El entrenador recibe su contrato en especie, "Roberto me traía huevos para vender y no me los cobraba".

La Junta traza un presupuesto que sólo respeta el primer trimestre. Transcurrido ese tiempo, el Club solicita un crédito de medio millón de pesetas al Bankinter, avalado por Roberto Gracia y Pedro Gasca. La verbena de Carnaval que organiza la sociedad por segundo año consecutivo aporta un respiro, aunque leve e insuficiente. Amortizado el débito inicial, la entidad se ve obligada a endeudarse nuevamente. Pedro Gasca Rocafull propone repartir las cargas entre todos los directivos, "firmamos todos aunque tres lo hicieron de forma testimonial, con la condición de que el presidente les cubría si no se devolvía el dinero en los plazos establecidos".

El discurrir de los meses y las propias deficiencias provocan el ascenso de jugadores del Compromiso, caso de Fernando Fontoba Fandos, "debuté en el Caspe 3-Alcañiz 2: seis minutos para perder tiempo". Luis Gracia Alonso prepara al segundo equipo mientras sigue el curso de entrenador en Zaragoza. El Compromiso ha cambiado su filosofía fundacional, es filial y tiene nuevos miembros en su Junta. Manuel Barriendos Gimeno sustituye a Pablo Zalduendo Abadía en la presidencia, bien acompañado por Manuel Tena Gil y Merche Montañés Sancho.


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